miércoles, 26 de mayo de 2010

retintas


El tronco étnico bovino denominado Rojo Convexo (Bos taurus turdetanus), en su peregrinaje prehistórico que le llevó desde Oriente Medio hasta el suroeste de Europa, ha dado lugar a varias razas españolas. Una de ellas, la Retinta, constituye la principal raza bovina autóctona del suroeste de España.Se distribuyó por la mitad sur de la península Ibérica, donde originó las formas locales colorada extremeña, retinta andaluza y rubia gaditana, de cuya fusión procede una versión moderna y mejorada de la raza.

Profundamente enraizada en nuestra tierra tras milenios de convivencia íntima con las sierras y dehesas de la España mediterránea, las vacas de capa caoba y grandes cornamentas son hoy en día un elemento más de nuestro paisaje.

Casi todos los geógrafos y naturalistas grecolatinos e incluso algún pasaje bíblico hacen alusión a las numerosas vacadas de la Bética o de Tartesos, presumiblemente compuestas por antepasados de la actual Retinta. A ellos se refieren las citas bíblicas relativas al ganado de la antigua Tharsis (hoy Andalucía) y también la leyenda de Hércules y su victoria sobre el monarca local. Gerión, a quien confisca su vacada. Mencionada por visigodos y árabes, entra de lleno en nuestra historia moderna de la mano de la Real Cabaña de Carreteros y sus Derrames Cabañiles y Trajineros del Reino. Esta institución, creada por los Reyes Católicos en 1447 (con los mismos privilegios que Alfonso XI había dado en 1273 al organizar el Honrado Concejo de la Mesta o Real Cabaña de Ganaderos), agrupó a los principales carreteros españoles hasta su extinción en el siglo XIX. Enormes caravanas de pesadas carretas traccionadas en muchas ocasiones por vacas o bueyes retintos trasegaban lana, trigo, carbón por los principales caminos del Reino.

Como bovino de doble aptitud carne-trabajo, se mantuvo durante siglos.

NC104-8292Los pertrechos militares y el azogue destinados a la conquista y colonización de Las Indias llenaron de yuntas de vacas Retintas los muelles del puerto de Sevilla, donde también embarcaron los Retintos que más tarde alumbrarían a las razas criollas americanas. De esta forma queda destacada su preferente adscripción a los trabajos de carretería, ya que su empleo en la agricultura fue siempre muy discreto por tratarse de áreas con poca vocación para los cultivos; de aquí su pronto encuadre como animales de carnicería.

Durante todo este tiempo se fraguaron variantes etnográficas sin más rasgos diferenciales que los derivados de su distinto emplazamiento y consecuentes influencias ambientales.

Con este signo comienza su andadura en el presente siglo, bajo el patrocinio de la Asociación General de Ganaderos, hasta que en 1933 el Ministerio de Agricultura pone en marcha el Libro Genealógico.

En la actualidad, agrupa animales macizos y fuertes, de perfil subconvexo, eumétricos o subhipermétricos y de proporciones medias a longilíneas. Destacan por su capacidad corporal, dentro de la armonía anatómica, sostenida por un sólido armazón óseo, pero no basto. (Sánchez Belda. MAPA).

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